Ecuador, país de renta media
Cada primero de julio, el Banco Mundial revisa la clasificación de las economías mundiales sobre la base de las estimaciones del INB, aquellos superen los 3.945 dólares serán considerados países de renta media.
El fin es comparar la capacidad y el desarrollo económico de los países. Desde hace más de tres décadas el Banco Mundial ideó este sistema de categorización basado en el ingreso nacional bruto (INB) per cápita. De acuerdo al ingreso por habitante, los países del mundo han sido clasificados dentro de tres categorías: países de renta alta, baja, o media, y dentro de esta última categoría se diferencia entre países de renta media alta o media baja.
El ingreso bruto per cápita, es el único indicador que cuenta, no se consideran las diferencias históricas y políticas existentes entre cada país, no se mira la complejidad de la realidad social ni la multidimensionalidad del desarrollo o las brechas estructurales existentes.
En el año 2012, de acuerdo a esta categorización, Argentina (INB per cápita: 11.573 dólares), Ecuador (INB per cápita 5.170 dólares), México (INB per cápita: 9.640 dólares), Brasil (INB per cápita 11.630 dólares) y otros 25 países fueron categorizados como de renta media alta.
En base a esta categoría define también la elegibilidad de los países para recibir asistencia internacional (técnica y financiera) para el desarrollo por parte de otros organismos internacionales. Los países donantes del Comité de Asistencia para el Desarrollo (CAD) de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) basan su criterio de cooperación siguiendo una clasificación semejante a la del Banco Mundial pero categorizándolos de otro modo: los “países desarrollados” son aquellos de ingreso alto, y los “países en desarrollo” aquellos de ingreso bajo, medio bajo y medio alto, de acuerdo al Banco Mundial. Para el CAD los posibles receptores de asistencia serían los países en desarrollo. Dentro este “proceso de graduación” del sistema de cooperación internacional se estipula que si los países avanzan de categoría se debe reducir el monto y tipo de asistencia internacional. El criterio es que en la medida en que los países mejoran la renta por habitante, disponen de más recursos y herramientas propias para combatir la pobreza y financiar su propio desarrollo y por ende la asistencia internacional sería cada vez menos requerida.